domingo, 23 de agosto de 2009

La Homosexualidad a debate

La legalización de la homosexualidad, y de su matrimonio, con todos los derechos, parece haber tenido un efecto contrario al deseado. El dar a conocer su elevada frecuencia y su realidad social, a nivel de calle, ha creado, en muchas esposas, y novias, un estado de duda, o desconfianza, respecto a la virilidad de sus esposos, aumentando sus críticas al respecto, y exigiéndoles conductas más convincentes. Algunos de éstos, quizás los que hacían aguas, se han visto forzados a duplicar sus actividades, y fortalecer sus rasgos y expresiones viriles para convencer y auto convencerse, y, lo que es peor, ser más agresivos, al menos públicamente, hacia el homosexual.
Otro tanto ha ocurrido con la Iglesia, tradicional refugio de homosexuales reprimidos, que veían en el sacerdocio la forma más segura y respetuosa de evitar a la mujer. Es ella, ahora, la primera en condenar tales derechos, quizás por temor a que los seminarios, ya bastante despoblados, se queden vaciós.
La misma sociedad, convencionalmente machista, se pone a la defensiva ante la posible oleada de nuevas promociones de homosexuales, más exigentes, que no se conformen con su simple legalización, sino que exijan su aceptación plena en la sociedad, con TODOS SUS DERECHOS, desde ir por la calle cogidos de la mano, o del brazo, hasta liberar sus expresiones afectivas, como sonrisas, caricias o besos, tal como hacen las parejas heterosexuales, sin que ello llame la atención a nadie. ¡Basta ya de caricaturizar en la televisión al homosexual como amanerado, coqueto y chistoso! La gran mayoría de los homosexuales son, o somos, para mayor claridad, tan normales o viriles, que nadie, que no nos conozca, puede reconocernos.
Reconocerse como homosexual es condenarse al rechazo, religioso, social, familiar, privado y profesional, y ésto es lo que no se puede consentir. Sería muy positivo divulgar la interminable lista HISTÓRICA, de homosexuales famosos, emperadores, militares, reyes, religiosos, aristócratas, fílósofos, escritores, poetas, músicos, médicos, abogados, ingenieros, políticos, deportistas, actores de cine, etc, etc, etc...., pero, todo ello, de forma apropiada y oportuna, de forma tan natural como su propia existencia, por supuesto sin ánimo de escándalo, que nunca lo sería, si no a título de información. Ya algunas enciclopedias virtuales hacen una gran labor en esta cuestión.
La lucha no ha hecho más que empezar.

No hay comentarios: