domingo, 20 de marzo de 2011

No a la Guerra

Zapatero se empeña en defraudarnos con su política belicista. Subió al poder prometiendo que sacaría a nuestros soldados de la guerra de Irak, y poco tardó en enviarlos a Afganistan. Ahora nos implica en una nueva guerra, pretextando que vamos a defender la libertad, la democracia y al pueblo libio. La libertad no se defiende con la guerra, menos la democracia y mucho menos la dignidad del pueblo libio. Los políticos están para evitar la guerra, no para provocarla, para eso ya tenemos bastante con los militares. La función de los políticos es gobernar, organizar, dialogar, programar la paz, el progreso y el diálogo, libre y democrático, entre todas las fuerzas en juego. No se puede utilizar la violencia contra los violentos. Existen otros métodos, como el diálogo, los acuerdos, los ayudas económicas, el reconocimiento de sus derechos exigidos, e incluso las presiones económicas, pero sin llegar a sus límites.En nombre de la Paz no se puede matar. Tampoco en nombre de Dios ni de la Justicia, ni de la Democracia. Los políticos deben de tomar las medidas preventivas (Paz, Justicia, Libertad, y Trabajo) para que los pueblos no se levanten contra sus propios gobiernos. Cuando los pueblos recurren a la revolución es por que están asfixiados por los tiranos, sean políticos, militares, multinacionales o banqueros, pero a esa revolución no se puede responder con la guerra sino con auténticas reformas, y si los gobiernos no son capaces de hacerlas la ONU debe imponerlas, pero nunca con la guerra. Con ésta se igualan con el tirano, y provocan más muertes, hambre e injusticia que con la misma tiranía.
No Zapatero, no. Podías haberte negado, como han hecho otros, a colaborar con los agresores. Mi voto será siempre para los pacifistas, no para los belicistas. El poder y la fuerza no siempre tienen la razón.